Las Rosas de Damasco: Eduardo Escobar
Las Rosas de Damasco y otros relatos comprende unos cuentos tejidos con precisión y delicadeza, sin apresurar la narración, ambientando el desenlace (que puede o no ser predecible) con la presentación de unos personajes interesantes, complejos, reales, atormentados cada uno por sus propios fantasmas, pasados, decisiones. La ensoñación y el realismo se dan la mano como parte de una misma experiencia de ser humanos, que es al mismo tiempo difícil y bella, misteriosa y vulgar, profunda y vana. De ahí que se trate de relatos extensos, pues se toman su tiempo y a veces incluso se detienen en explicaciones que podrían considerarse innecesarias, pero que lo que hacen es darle una importancia merecida a lo que creemos saber de antemano, a lo que vivimos automáticamente.
Y también hay lugar para la narración más pura al estilo de las Mil y una noches, encuentros mágicos que terminan estrellándose contra la realidad, un misticismo que recorre las calles de Bogotá, Londres o Medellín, un enfrentamiento entre la modernidad de la sociedad industrial ahogada en la falsa información, y una época remota, romántica, sagrada, donde los valores y sentimientos que nos ennoblecen todavía existen, y que no encuentran otro lugar para permanecer más que en el interior del ser humano. Sin embargo, no se trata de unos relatos desfasados de la realidad, alienados en el arte por el arte, pues también se puede adivinar en ellos una crítica a la falta de principios, de valores, de propósito en que las sociedades actuales sumen a los seres humanos; de ahí que a partir de reflexiones filosóficas, teológicas, sociológicas, etc., se llegue a conclusiones que bien podrían servir de faro en los tiempos que corren. Una reacción necesaria a la literatura frívola, hedonista, complaciente y autocomplaciente que abunda actualmente.