La riqueza escondida de las naciones
Los paraísos fiscales están en el centro de la crisis global, pero nadie se atreve a hacerles frente. Para algunos, la batalla está perdida de antemano. Desde Ginebra hasta Singapur, desde Hong Kong hasta Panamá, los centros offshore, utilizados por los ricos y poderosos para gestionar sus fortunas sin pagar impuestos, son los engranajes ineludibles del capitalismo financiero. Para otros, la batalla está casi ganada. Tras la debacle financiera, los paraísos fiscales prometieron abandonar el secreto bancario, y las multinacionales aseguraron que por fin rendirán cuentas y saldarán sus deudas.
A contrapelo de estas dos visiones, Gabriel Zucman, economista brillante que trabaja con Thomas Piketty, sostiene que los paraísos fiscales gozan de excelente salud, pero que es posible luchar contra ellos con una batería de medidas concretas. Con perspectiva histórica y sobre la base de estadísticas oficiales, se remonta a los años veinte, cuando nace el primer paraíso fiscal en Suiza. Y explica con una claridad sorprendente cómo funciona el fraude que asegura ganancias exorbitantes a los clientes, al tiempo que camufla su identidad real mediante cuentas numeradas o sociedades pantalla que los ponen a salvo de pagar impuestos sobre la renta, la fortuna o las sucesiones.
Pero el objetivo de Zucman no es sólo mostrar el circuito de la evasión. Calcula su costo para los Estados y, lo más importante, sugiere modos de ponerle fin, técnica y políticamente posibles. Convencido de que el problema no se resuelve con voluntad y buena fe o con meros acuerdos jurídicos, propone implementar sanciones comerciales a los paraísos fiscales, de carácter coercitivo, bajo la forma de aranceles aduaneros equivalentes a las pérdidas que provoca el secreto bancario, como también generar un registro financiero mundial y establecer un impuesto global sobre el capital. Sólo así los Estados podrán recobrar parte de la soberanía que se dejaron robar, y frenar la explosión de las desigualdades patrimoniales.
Casa Editora: Editores Siglo Veintiuno (2015)
Páginas: 141