La llave y el portal
Mengué salió por la otra puerta del automóvil, extendió su brazo hacia Rafael y murmuró una sola palabra: "Talvar". Sin abandonar el puño de mi hermano, ante mis ojos, la guitarra se convirtió en una reluciente espada. Los Yanavras atacaban, levantaban sus destructores brazos tratando de darle alcance. Un golpe certero hubiera significado la muerte del que lo recibiera. Mi hermano no tembló. Golpe tras golpe, logró desprender las garras de algunos, la cabeza de otro. La voz de mi padre se escuchaba por encima del sonido de los truenos. Llamada a Rafael. ¡Mira a tu madre! le urgía. Mi hermano y yo volteamos a mirarla, a la misma vez. Se había soltado los rizos, traía una vara en la mano y señalaba con ella, primero a Rafael, después hacia la parte trasera de la casa. Él la entendió de inmediato.
Casa Editora: Trabalis Editores (2017)
Páginas: 97