El Abogado Criminalista en Puerto Rico
Dedicamos cerca de 20 años a la práctica penal de nuestra profesión. Nuestro primer caso fue defender a un joven ponceño de acusaciones por infracciones a los artículos 6 y 8 de la Ley de Armas; el jurado absolvió en el Art. 8; el juez condenó en el Art. 6. El mismo primer año de ese ejercicio, el Hon. Juez Meléndez Grillasca nos nombró abogado de oficio de otro joven imputado de asesinato en Primer Grado: Ángel Luis Salomé Serrano, tenía 16 o 17 años. El Tribunal de Menores había renunciado la jurisdicción. Visitamos la escena del crimen en el barrio Divisoria, entre Doña Juana y Orocovis, a la misma hora de la noche en que supuestamente ocurrió. Estudiados los hechos del caso y la prueba del Fiscal, nuestro interés era rebajar la calificación del delito. El Fiscal, Miranda Marchand, se oponía. El jurado rebajó la calificación del delito. Pensamos que en 5 o 6 años el joven recobraría la libertad. Así fue. Pero la vida nos da sorpresas. Unos ocho años después requirió nuestros servicios otro acusado de asesinato. Cuando investigamos, la víctima era aquel joven que había salido de la cárcel.
Casa Editora: Ediciones Omar (2012)
Páginas: 311